El Terminador 0056

El Terminador 0056

La Vía Láctea pudo acoger Otras Civilizaciones en el Pasado

La actualización de una antigua ecuación orientada a calcular la probabilidad de existencia de civilizaciones extraterrestres en la Vía Láctea ha dado lugar a una nueva incógnita:

¿existieron otras civilizaciones en el pasado en nuestra galaxia?

La investigación realizada por Frank Drake en 1961 derivó en su famosa ecuación para calcular las probabilidades de existencia de civilizaciones extraterrestres en la Vía Láctea.

Ante el avance técnico y científico en astronomía, un equipo de investigadores de la NASA y otros centros académicos se propuso renovar esta ecuación, obteniendo interesantes conclusiones.

Por ejemplo, se plantea la posibilidad del surgimiento y ocaso de civilizaciones previas a la humana en la larga historia de la galaxia.

Según un artículo publicado en Tekcrispy.com, los científicos dispararon con su trabajo una serie de aspectos que parecen vedados para la ciencia oficial, pero que cuentan con bases sólidas a considerar.

De acuerdo con una de las conclusiones del estudio (A Statistical Estimation of the Occurrence of Extraterrestrial Intelligence in the Milky Way Galaxy) publicado en arXiv, el punto de convergencia temporal y espacial que posee las mejores condiciones para el desarrollo de civilizaciones en la Vía Láctea se concretó a unos 13 mil años luz del centro de la galaxia y a 8 mil millones de años desde su formación.

Los tiempos de nuestra civilización indican que sus inicios se remontan a 13,5 mil millones de años desde la formación de la Vía Láctea, en tanto que la Tierra se ubica a más de 25 mil años luz del centro galáctico.

Comparando las cifras es fácil advertir que pudieron haber existido previamente otras civilizaciones.

En la investigación, los especialistas sostienen que la mayoría de estas sociedades ya tendrían que haber colapsado, teniendo en cuenta que las civilizaciones avanzadas se inclinan por la autodestrucción, de acuerdo con diferentes teorías.

Precisan el Número Misterioso que da Forma al Universo

Los científicos han cuantificado con una precisión inédita el número misterioso que da forma al universo:

la constante de estructura fina, cuyo origen es el problema fundamental de la física.

La validación y aplicación de las teorías físicas requieren el uso de cantidades universales, llamadas constantes fundamentales:

son las que muestran el mismo valor (número) en cualquier sistema de unidades.

El Modelo Estándar de la física de partículas, que describe la estructura fundamental de la materia y del vacío (el estado quántico con la mínima energía posible), necesita 25 constantes fundamentales para explicar los fenómenos físicos.

Una de las constantes estratégicas para la comprensión de la materia es la constante de estructura fina, que determina la interacción electromagnética entre partículas masivas de la materia.

Una nueva investigación, liderada por científicos del Laboratorio Kastler Brossel de Francia, especializado en física fundamental de los sistemas quánticos, ha conseguido la medición más precisa de esta constante fundamental del universo.

¿Civilizaciones Alienígenas tan Antiguas como el Universo…? – Hace 12 mil Millones de Años

El descubrimiento de planetas formados desde el principio del cosmos nos lleva a reflexionar sobre el tiempo que ha tenido la vida para evolucionar.

Esto ha dado paso al desarrollo de energías avanzadas a un nivel inimaginable para la mente humana, las cuales llamamos extraterrestres o alienígenas.

Los exoplanetas Matusalén, denominados así por su antigüedad, cuenta entre sus filas con el mundo llamado PSR B1620-26c, con una edad de más de 12.000 millones de años.

El descubrimiento de este planeta extrasolar nos ha sumergido en la teoría de vidas evolucionadas a un nivel infinitamente superior al nuestro.

Este planeta se compone de metales ligeros y es totalmente diferente a como se ha desarrollado la Tierra. Fue descubierto en la constelación de Escorpio donde nació de una galaxia previa absorbida por la Vía Láctea en alguna de sus fusiones.

Asimismo, este descubrimiento descarta la idea de que era imposible que se formaran planetas en estrellas tan antiguas.

Esto añade una nueva perspectiva a la vida extraterrestre.

Los extraterrestres en nuestro universo

Gracias al planeta «Matusalén» el hombre pudo ampliar su teoría sobre la existencia de seres extraterrestres con una evolución a nivel energético y de conciencia avanzada.

En el 2019 con el descubrimiento de carbono en una antigua galaxia, aumentó la posibilidad de la vida al comienzo de los tiempos.

Si los humanos tuviésemos ese nivel de evolución, la conciencia y memorias continuas, eones, ciclos planetarios e incluso galácticos nuestra visión cósmica sería muy desarrollada.

Manejaríamos nuestra mente y cuerpo a voluntad, entendiendo los secretos del universo dada nuestra memoria cosmogénica.

Los Anillos de los Árboles podrían contener Pistas sobre los Impactos de Supernovas en la Tierra

Las explosiones masivas de energía podrían haber dejado rastros en la biología y geología de nuestro planeta,

según una nueva investigación del geocientífico de la Universidad de Colorado Boulder, Robert Brakenridge.

El estudio (Solar System Exposure to Supernova ‘γ’ Radiation), publicado este mes en la Revista Internacional de Astrobiología, investiga los impactos de las supernovas, algunos de los eventos más violentos del universo conocido.

En el lapso de unos pocos meses, una sola de estas erupciones puede liberar tanta energía como el sol durante toda su vida.

También son brillantes – realmente brillantes.

«Vemos supernovas en otras galaxias todo el tiempo», dijo Robert Brakenridge, investigador asociado principal del Instituto de Investigación Ártica y Alpina (INSTAAR) en la Universidad de Colorado Boulder.

«A través de un telescopio, una galaxia se ve como un pequeño punto brumoso.

Entonces, de repente, aparece una estrella y esta puede ser tan brillante como el resto de la galaxia».

Una supernova muy cercana podría ser capaz de borrar la civilización humana de la faz de la Tierra.

Pero incluso desde más lejos, estas explosiones aún pueden afectarnos, dijo Robert Brakenridge, bañando nuestro planeta con radiación peligrosa y dañando su capa protectora de ozono.

Para estudiar esos posibles impactos, Brakenridge investigó las huellas dactilares de estas explosiones cósmicas distantes en los registros de anillos de árboles del planeta.

El Gran Misterio del Agua en el Universo

Mi buen amigo Lee Corvino me envió un artículo de ‘Noticias Científicas’ (News’ – Vol. 161, no 12) en relación a la fuente del agua oceánica terrestre.

Escrito por Ben Harder, el artículo muestra el pensamiento científico actual acerca de donde vino toda el agua de la Tierra. Esto representa un problema particular para los científicos planetarios porque la Tierra simplemente no debería tener tanta cantidad de agua como tiene.

La Tierra está relativamente cerca del Sol, y el agua, volátil, debería haber sido expelida del sistema solar primigenio antes que la Tierra se formara. Así pues, la Tierra debería ser un planeta mucho más seco.

¿Entonces, dónde se originó toda el agua que resulta tan crucial para la biósfera planetaria?

Ben Harder describe varias teorías que en la actualidad dan vueltas por los círculos científicos. Hasta muy recientemente la teoría líder era la noción que los océanos fueron depositados por el impacto cometario sobre la recién formada Tierra (la hipótesis post-capa).

Este bombardeo ocurrió hace más de un billón de años (y puede también explicar como apareció la vida tan temprano geohistóricamente en la Tierra). Pero de acuerdo al artículo de Ben Harder, los datos recientes de cometas han imposibilitado esta suposición. El problema radica en que la proporción de isótopos terrestres y cometarios son muy diferentes.

Los cometas analizados contienen cantidades relativamente grandes de deuterio, y sin embargo este isotópo es escaso en la Tierra.

Si esta composición del hielo de los cometas analizados es representativa de los cometas del sistema solar en general, entonces muy poco del agua terrestre puede ser atribuida al impacto cometario que siguió a la formación del planeta.

Tomando esto en cuenta, parece que apenas la mitad el agua oceánica podría haber sido depositada por impactos cometarios.

Archivo Sonoro

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