El Terminador 0065

El Terminador 0065

Durante los casi dos milenios de historia babilonia documentada, el país experimentó solamente dos clímax efímeros de poder político. Éstos tuvieron lugar, tal vez no del todo casualmente, al inicio y al mismísimo final de aquel imponente espacio de tiempo. Dos célebres nombres marcan sendos periodos: el de Sargón, rey de Acad (ca. 2310 a. C.), y el de Nabucodonosor II (604-562 a. C.).

Sin embargo, los periodos mejor documentados no son los de estos soberanos babilonios, sino los reinados de Hammurapi (1792-1750 a. C.) y sus predecesores y sucesores inmediatos. Sólo durante dos de los tres siglos que duró esta dinastía disponemos de cierta información respecto al mecanismo de gobierno, las labores de la administración y algunos aspectos esenciales de la vida social y económica. 

Así, por ejemplo, el examen del código de leyes de Hammurapi nos brinda una oportunidad inmejorable para estudiar el hiato que existe entre los hechos y las aspiraciones. Sargón y Nabucodonosor II, en cambio, sólo pueden contemplarse a través del espejo distorsionante de sus propias y muy estilizadas autopresentaciones. Aun cuando combinásemos todos los documentos administrativos de Sargón y los textos jurídicos escritos en tiempos de Nabucodonosor II-

La historia de Asiria está dominada por un contraste: el periodo anterior y el periodo posterior a la época oscura de Asiria, eclipse marcado por la dominación extranjera, difieren en aspectos esenciales. Superficialmente, estas diferencias son obvias.

Para empezar, el primer periodo no tiene ese espíritu de agresividad militar que caracterizó al siguiente; en su lugar, encontramos una eficiente organización de las relaciones comerciales internacionales y las actividades ligadas al comercio en el interior del país, una organización que no es en absoluto conspicua en la documentación del periodo que sigue a la época oscura. Por otra parte, cuando el país emerge de los siglos oscuros, se constata todo un conjunto importante de influencias ajenas, sobrepuesto a la tradición nativa asiria.

Ésta, a su vez, se caracteriza por la conservación de la tradición lingüística y de instituciones sociales específicas, tales como el concepto asirio de la realeza y determinados aspectos de la vida religiosa, como, por ejemplo, el culto a Aššur, por mencionar solamente lo más evidente. Un examen un poco más atento descubre que, aparte de algunos pedazos de inscripciones reales y lo que podamos deducir de las tablillas «capadocias» a propósito del papel económico que desempeñara.

Archivo Sonoro

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